Si un genio evita equilibrar sus estados de ánimo o tiende a desconfiar de sus propias ideas, entonces todo aquello que se le ocurra nunca podrá consolidarse. Cuando las emociones negativas le ganan la batalla a las positivas, siempre habrá pesimismo sobre todo lo que ideamos.
Las creencias también son un factor de riesgo, si nuestras concepciones nos impiden mirar vías alternas para abordar problemáticas, convencer al público al que nos dirigimos o participar en campañas o experiencias que resuelvan determinadas realidades.
Imaginen que alguien se resista a crear una campaña de navidad porque descree de este evento, o que promueva el uso de anticonceptivos en un determinado grupo social porque está en contra de algunos comportamientos o libertades, entonces irremediablemente se verá bloqueado para ofrecer alternativas de impacto a causa de sus concepciones.
Finalmente, la cultura – muy ligada al sistema de creencias - también es un tipo de bloqueo creativo en vista de que liberarse de ciertos rasgos que contrastan con grupos sociales que tienen una historia diferente, una manera de comportarse opuesta puede ser un límite que impida una relación creativa satisfactoria.
Lo primero que ocurre es una incomprensión de grupo al que se dirige, manifestando una incapacidad para generar propuestas atractivas que capten la atención de tal grupo.
¿Cómo evitarlo?
- Confía en ti.
- Consulta a un profesional que te ayude a equilibrar tus emociones y a madurar profesionalmente.
- Respeta, tolera y empatiza con las creencias y percepciones opuestas.
- Vive experiencias inmersivas en otras culturas.
- Aléjate de los prejuicios.
- Abre tu mente y el corazón.
Cuando lo logres, te despedirás de los bloqueos.
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