
Enero no marca el verdadero inicio del año. Lo que realmente inicia tu 2026 es tu nivel de claridad, intención y confianza en lo que vas a crear.
Puedes llenar tu agenda de metas, pero si no crees que son posibles —si no te conectas emocionalmente con ellas— se quedarán en el papel.
Por eso, antes de escribir objetivos, pregúntate:
¿Qué estoy dispuesto a creer sobre mí este nuevo año?
De metas a visión: la diferencia que lo cambia todo
Las metas te llevan al “hacer”. La visión te conecta con el “ser”. Cuando tienes una visión clara, las acciones dejan de sentirse forzadas. Empiezas a moverte desde el deseo, no desde la obligación.
Este 2026, en lugar de solo preguntarte qué quiero lograr, prueba con:
- ¿Cómo quiero sentirme mientras lo construyo?
- ¿Qué me entusiasma de esta etapa?
- ¿Qué miedos estoy listo/a para transformar?
3 formas de comenzar el año con enfoque poderoso
- Diseña tu año desde tu energía, no desde tu calendario
Planifica tu ritmo, no solo tus fechas. - Declara públicamente tu visión
Cuéntala a alguien de confianza o a tu comunidad. Lo que se nombra, se activa. - Haz una lista de lo que ya tienes para comenzar
Recursos, talentos, contactos, aprendizajes. Empieza desde la abundancia, no desde la escasez.
Una afirmación para repetir este enero
“Estoy dispuesto a crear un año alineado con lo que realmente soy, no con lo que otros esperan de mí.”
Tu 2026 no se construye con metas perfectas.
Se construye con claridad, valentía y visión sostenida.
Elige creértela desde el día uno.
Porque lo que crees, se expande. Y eso lo cambia todo.



