Productividad + Creatividad

30.08.2021 por Hilda Besson

En Japón y Nueva Zelanda, ya se han implementado proyectos pilotos que reducen la jornada laboral a cuatro días a la semana, manteniendo el sueldo de cinco. Sus resultados promueven la creación de un nuevo paradigma, en el que trabajo y felicidad sí son compatibles. Estás en tu asiento mirando el reloj: todavía faltan cinco minutos para la hora de salida. Tus músculos ya se activan para salir corriendo de tu silla de trabajo. Cuando no estás comiendo o distrayéndote con un video gracioso de gatos, ejecutas como un robot tus tareas asignadas. Y solo piensas: qué bueno sería trabajar menos, hay tantas cosas qué hacer fuera del cajón que llamamos oficina.

Según un estudio reciente, solo somos productivos 2 horas y 53 minutos en una jornada de ocho. Ya el debate está sobre la mesa: ¿valen más las horas presenciales en la oficina o los resultados de nuestro trabajo? Microsoft Japón compartió su experiencia en un estudio. El año pasado, otorgó tres días a la semana libres a sus empleados durante el mes de agosto, lo que les permitió aumentar su productividad en 39,9%, en comparación con 2018. Otro dato interesante: en el proyecto piloto se redujeron las reuniones a 30 minutos cada sesión, invitando a cada empleado a aprovechar el tiempo al máximo.

Aún hay más: en el breve experimento se mostró que los niveles de felicidad y creatividad en los trabajadores aumentaron notablemente. Este no es el primer piloto realizado en años recientes. La empresa neozelandesa Perpetual Guardian, dedicada al manejo de documentos legales, cortó los viernes del horario laboral, realizando algunos ajustes en los sueldos de sus trabajadores. De acuerdo con el profesor de RR.HH de la Universidad de Tecnología de Auckland, Jarrod Haar, el nivel de estrés en los empleados del Perpetual Guardian disminuyó 7 puntos porcentuales y 78% manifestó lograr una conciliación satisfactoria entre trabajo-vida personal, después de aplicarse el proyecto piloto.

Trabajar menos, produce más. Al menos así lo indicaron esos estudios mencionados. En relación con el ajuste salarial, el pago se basaba en los resultados que producían los empleados y no en las horas presenciales registradas en la oficina.

Otras empresas, en pequeña escala, promueven el teletrabajo. De hecho se estima que en esta misma década, 50% de los trabajadores realizará sus labores de forma móvil. Utopía o no, lo que sí debemos tomar en cuenta es que estamos viviendo un cambio de paradigma, adoptando esquemas de trabajo más flexibles, orientados a los resultados, a la cooperación y conciliación entre vida laboral y personal, en detrimento de las horas presenciales en la oficina. El “presencialismo” no es un medidor de productividad. Pasar doce horas en la oficina no te vuelve más eficiente, pero sí que te lleva a correr el riesgo de sufrir un burnout.

Beneficios de las pausas y descansos largos en la creatividad

Los estudios realizados en Japón y Nueva Zelanda concluyeron que la reducción de horas en el trabajo aumentó la energía y creatividad de los empleados. Tener a tu disposición tres días libres a la semana te ayuda no solo a descansar, sino también a compartir más con tus seres queridos y cómo no, invertir tiempo en tus proyectos o emprendimientos personales.

¿Somos más felices cuando trabajamos menos? En mi experiencia personal, todo radica en la organización correcta de nuestro tiempo. Siendo madre de una niña pequeña, no puedo dedicar 12 horas al día a mis clientes, por más que quiera. Eso lo hice en mis primeros años como emprendedora y me dejó experiencias valiosas, pero terminé totalmente desgastada. Para mí es una prioridad el bienestar y la educación de mi hija y no quiero perderme ni un solo momento de su vida.

Sé que muchas madres que participaron y participan en proyectos de reducción de la jornada laboral en Europa, se sienten así: queremos ser independientes y formar parte de la fuerza económica de nuestros países, pero también conciliar nuestras vidas personales y profesionales.

Dedicarte a actividades de ocio, placer y desarrollo personal te ayuda a reforzar tu autoestima, a tener más confianza en ti mismo, salir de la rutina y por supuesto, inspirarte más y cultivar nuevas ideas. Si la jornada laboral de cuatro días aún no es factible para ti, intenta tomar pausas o recesos dentro de tu bloque de trabajo.

Por cada 90 minutos de trabajo ininterrumpido toma un descanso de 15 minutos, en la medida de lo posible. Un cerebro descansado se concentra más y reduce los accidentes de trabajo. El estrés y trastornos psicológicos asociados al puesto laboral también disminuyen; una pausa te ayuda a mejorar tu estado de ánimo y elimina tu fatiga física/mental.

Aunque la jornada laboral de cuatro días sea aún un sueño para la mayoría de nosotros, a medida que vamos flexibilizando nuestras creencias sobre la productividad y eficiencia, veremos cambios sorprendentes en nuestras oficinas. Esperemos que en un futuro, no consultemos tanto el reloj para ir corriendo a nuestras casas.